Los Rat Rods son los Punk de
los autos modificados. Cuando el Rock se volvió demasiado estilizado y sólo los
virtuosos con equipos costosos podían hacerlo, los Punks volvieron a lo básico,
a un par de acordes y ya, al sonido sucio, al rock hecho en casa.
Cuando los Hot Rods se
volvieron demasiado estilizados y sus precios se elevaron de forma descarada, llegaron
los Rat Rods para retomar lo básico: autos modificados en casa y apuntándole
más bien a la economía, como los viejos migrantes que tomaron autos viejos y
baratos y los modificaron para poder movilizarse.
El reino del Rat Rod no es el
de la pintura cuidada y los diseños exclusivos, este es el reino del óxido, de
la pintura rayada, de las abolladuras, de la mezcla de partes para crear un monstrete.
Lo único que comparten con sus hermanos lujosos en el potente motor.
Esta Ford ’56 tuvo la mala
fortuna de caer al piso un día mientras limpiaba los carros. El resultado del golpe fue
una luz trasera rota (y la partecita perdida, además) y una peladura e el guardafango. Con el
tiempo la volví a conseguir nueva y pensé en cambiar esta por otro modelo en el mercado de pulgas.
Otro día, tonteando, le probé
las llantas que ahora tiene y me gustó mucho como se vio. Sin embargo, la peladura
y la falta del stop no me dejaban disfrutar de ella del todo. Se me ocurrió
entonces que podría pelarla aún más, agregar un poco de óxido y hacer una
especie de Rat Rod o imitar los modelos de Gas Monkey Garage.
Tomé el eje original de las
llantas de M2 y le puse estas llantas de Greenlight. Para que el cambio no fuera
sólo en apariencia, le puse un motor de un Chevy de Matchbox que tenía por ahí.
Lijé un poco la pintura y la manché, también intenté imitar el óxido, como en
el Eleanor.
Los stops (que se ven grandísimos) son en realidad las luces delanteras de un Hot Rod Johnny Lightning que también tuvo una historia fatal. Pinté las luces del JL, el interior y el motor...
El
resultado no es del todo satisfactorio, aunque me gusta mucho. Como inicio
tal vez esté bien, pero no la siento muy “creíble”, el óxido se ve un poco artificial…
Por lo menos ahora siento que
el accidente que tuvo en realidad no fue desafortunado y cuando la veo ya no
quiero que se vaya, quiero que siga haciendo parte de la colección.